Destrozando algo que no se puede ver con la luz de la luna.
Perdimos todo lo que fuimos andando sobre la bruma.
Un día alguien nos dijo que éramos el centro del universo.
Pudimos controlar el espacio, pero nunca el tiempo.
Mis dedos hacen acordes que resuenan en este silencio.
Siento que ahora faltan los recuerdos.
El eco de sus gritos advertía de nuestra presencia.
No quisimos escuchar ante incesante demencia.
Tratamos de evadir sin ningún esfuerzo
una colisión descomunal en nuestros sueños.
No puedo comprender en este momento,
este caos puntual en mis pensamientos.
En esta ocasión se ha hecho demasiado tarde
y había demasiadas cosas que quería contarte.
El poema que escribí ardió en un instante,
una oda imprecisa sin ningún mensaje.
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