El 8 de enero de 2003 en el Aeropuerto Internacional de Charlotte-Douglas (Charlottte, Corolina del Norte) alrededor de las 08:33 el
Vuelo 5481 operado por Air Midwest, un Beechraft 1900 con capacidad para 19 pasajeros y 2 tripulantes, tras realizar
la fase de despegue, segundos después, cayó precipitándose al suelo impactando
contra un hangar y matando a todos los pasajeros y tripulantes. No hubo ningún
trabajador afectado en el hangar. Lo que ocasionó el fatal accidente fue un
mantenimiento sub-estándar en los cables de control del elevador, vitales para
ascender y descender el avión, y en un cálculo erróneo del peso real de los
pasajeros y del equipaje.
En la investigación del accidente se descubrió que la
posición de los cables no era la habitual, estaban desequilibrados. Los cables
tienen que tener casi la misma longitud entre ellos, sin embargo, en el avión
siniestrado uno era visiblemente más largo que el otro. Para establecer la
tensión correcta el mecánico tira de los cables, pero si se hace demasiada
fuerza sobre uno se acorta y con él el rango de movimiento del elevador. El
elevador debe permitir una inclinación de 14 grados del morro hacia abajo, sin
embargo, ese ángulo quedó reducido a 7 grados. Al despegar, el avión sube el
morro, pero, la disposición del elevador hizo que los pilotos no pudieran bajar
el morro nuevamente. La inclinación de las alas era demasiada pronunciada, el
aire dejó de fluir sobre ella y el aparato comenzó a caer.
El encargado de ajustar los cables estaba aprendiendo a
realizar la tarea bajo la tutela de un mecánico certificado. El proceso de
ajuste requiere 25 pasos, pero el mecánico se saltó 9 pasos. Entre ellos uno
que consistía en comprobar el ángulo de movimiento del elevador.
Otro aspecto importante en el accidente fue el peso del
avión. Antes de despegar el avión iba muy bajo cuando se colocó en posición de
despegue, el avión iba muy cargado. El avión tiene un límite de peso que los
pilotos se encargaban de calcular, los pilotos calcularon 7719 kg y el tope era
de 7765kg. Los pilotos para calcular el peso usaron un promedio de 80kg por
pasajero y 9kg por maleta. Al revisar el peso real de los pasajeros y el
equipaje, averiguaron que el verdadero peso del avión era de 8030kg, lo que
superaba en 265kg el peso máximo establecido. Había muchas maletas almacenadas
en la parte trasera del avión. Esto hizo que el centro de gravedad se
desplazara demasiado hacia la cola.
En el despegue cuando recogieron el tren de aterrizaje, el
peso del tren se desplazó hacia atrás desde la parte delantera y acabó con el
equilibrio de la nave. Debido al funcionamiento defectuoso del elevador, fue
inútil el intento de control de los pilotos perdiendo así el control sobre el
avión y precipitándose al fatal desenlace.
Después de este accidente se le envío un informe a la FAA
recomendando que revisaran los pesos de los pasajeros y del equipaje antes de
embarcar. Al revisarlo cambiaron los promedios de peso y el promedio real
cambió a 89kg por persona y de 11,5kg por maleta.